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sábado, 25 de agosto de 2012

Comentario sobre la charla "El ábaco, la lira y la rosa"



En el marco de la celebración del 58° Encuentro de Ciencias, Artes y Humanidades, realizado en la FES Acatlán, el Dr. José Luis Díaz brindó la charla El ábaco, la lira y la rosa. Las regiones del conocimiento.

José Luis Díaz es Investigador de la Facultad de Medicina en la UNAM, especialista en psicobiología y autor de artículos científicos y obras como “Psicobiología y conducta. Rutas de una indagación” (1989), “La mente y el comportamiento animal” (Editor, 1994), “El ábaco, la lira y la rosa. Las regiones del conocimiento” (1997) y “La conciencia viviente” (2007).

La charla de aproximadamente una hora de duración se centró en las ideas que habían guiado a José Luis Díaz a escribir El ábaco, la lira y la rosa. Las regiones del conocimiento. Entre estas ideas rectoras se encontraban la transdisciplina; la convergencia las ciencias, las humanidades y las artes en la cultura y la conformación del conocimiento; y los períodos en las que la unión de éstas complementaron los conocimientos o prácticas de cada una.

En cuanto a recursos: para lograr una charla más interactiva el ponente utilizó una presentación en la que, con ejemplos o esquemas, explicaba la idea que quería transmitir. La búsqueda de estos ejemplos y el estudio de las diferentes temáticas se notaron con creces: el doctor a pesar de ser un especialista no solamente exponía su saber, sino que contextualizaba, explicaba, sintetizaba, ejemplificaba. No caía en lo trivial, pero no por ello no era algo accesible.

La escenografía del lugar también fue idónea para mantener la atención del público, aunque un elemento secundario, mantenía la atención hacía el escenario. En cuanto a recursos técnicos, se utilizó una presentación en Power Point que era la guía para el desarrollo de los temas, a pesar de algunas fallas con el material audiovisual el ponente era capaz de continuar con los ejes temáticos de la charla. Las imágenes y esquemas presentados eran acordes a lo que se explicaba. La cuestión del tiempo: no fue suficiente para explicar todos los temas que el ponente tenía contemplados, los tuvo que explicar superficialmente.